La comodidad del cliente es una garantia

Para realizar un tatuaje hay un aspecto a tener en cuenta, y que muchas veces se descuida por los tatuadores principiantes: la comodidad del cliente y la del tatuador. Las sesiones de tatuaje suelen ser largas, y además exigen un grado de inmovilidad prolongado, por lo que las camillas para tatuar son el mejor aliado del profesional que desea darle una buena experiencia a sus clientes. Usando una camilla como principal lugar para realizar tatuajes, el tatuador también tiene plena libertad de movimientos para realizar su arte, sin tener que pedir al cliente que se mueva o que esté quieto en posturas que a la larga le pueden causar calambres y molestias. Una camilla óptima soluciona todos estos problemas, y ayuda a fidelizar a los clientes y a hacerles sentir bien durante todo el proceso.

Cómo deben de ser las Camillas para tatuar

Las camillas para tatuar tienen que poder adoptar diferentes posiciones. De esta manera, el cliente tiene que poder estar tumbado boca abajo o boca arriba con comodidad, aprovechando el hueco para la cabeza de la camilla. De esta manera, se puede acceder a cualquier parte del cuerpo: espalda, cuello, piernas, pecho... sin causar una gran molestia. En la posición menos reclinada de las camillas de Kironoa, también es posible hacer que el paciente se siente, de manera que él mismo pueda ver el proceso y evolución de su tatuaje en el caso de que la postura se lo permita. Además, también facilitan el descanso entre sesión y sesión, y poder hacer pausas periódicas para que el artista y el cliente descansen. Hay que escoger un material agradable al tacto con la piel, que asegure que el tiempo de inmovilidad sea lo más placentero posible.

Las mejores Camillas para tatuar

A la hora de elegir la camilla, son varios los factores a tener en cuenta. El primero es elegir entre camillas portátiles o fijas, y la decisión dependerá principalmente de dos factores. Por un lado, el uso que se le va a dar: un espacio fijo en una consulta, o visitas domiciliarias. En el segundo caso, se necesita obviamente que se pueda plegar y transportar cómodamente, y también es aconsejable que sea metálica, ya que ofrece suficiente estabilidad y una gran ligereza. Eso no quiere decir que los modelos de madera no sean recomendables, sino que cada estructura se adapta a las necesidades específicas de los profesionales.

Ventajas de las Camillas para tatuar

Otra de las ventajas de hacerse con una camilla para tatuar es que se le pueden dar muchos usos, y sacarle de esta manera todo el partido posible. Utilizarla como camilla de masaje es una muy buena opción, ya que usando los modelos económicos de fabricación propia de Kironoa, por muy poco se puede aprovechar para un masaje, para hacer reiki, para depilación estética, para tratamientos de belleza o simplemente para tumbarse a descansar y relajarse. En cualquiera de estos casos, los modelos regulables aseguran la comodidad del cliente, y la plena libertad del movimientos del tatuador, sin necesidad de hacer torsiones imposibles para conseguir el resultado más óptimo: es un artículo que se amortiza en poco tiempo.